miércoles, 24 de julio de 2013

JAMALIYYA DESDE HYDE PARK

VERSIÓ EN CATALÀ

Paseamos por Hyde Park como si fuera nuestro. Hay una paz furiosa en el aire. Me sirve para recordar de donde vengo y que todo se rompe.

Que la belleza era encontrarte cada tarde en la puerta de la casa donde se suicidó Sylvia Plath.
Que el caos es volver a encontrarnos como quien no espera nada años después. Y que no necesites saber de dónde vengo ni por qué no he sabido distinguir el color verde hasta que no he vuelto contigo a Hyde Park.

Me preguntas cómo era la vida en Jamaliyya y me parece imposible este sol inglés. Gamaliyya. Te corrijo la pronunciación a la manera egipcia sin darme cuenta. Aquel acento pegado en mi garganta como un trofeo o una herida. La vida era como el café espeso del desayuno, el reflejo infinito de los espejos del Fishawi. El amor duraba lo que duraba cruzar los puentes de Zamalek. La vida no era una sino mil y una. Me reclamaban ciudades eternas y circulares. Bagdad. Jerusalén ... Tengo pesadillas de fronteras incendiadas y siempre lloro.

Volví porque sabía que estarías esperándome en la puerta de la casa donde se suicidó Sylvia Plath.

No me preguntes cómo era la vida en Jamaliyya.

Todavía no.