martes, 3 de abril de 2012

QUERIDO HANS CHRISTIAN

VERSIÓ EN CATALÀ

Hans Christian Andersen (1805-1875)


Querido Hans Christian,

un día después de tu cumpleaños, es primavera y llueve. Te recuerdo. Recuerdo tu tristeza, tus cuentos tristes y bellos. Criaturas muertas, perdidas, abandonadas. Como en los mejores cuentos de hadas. Llueve y es un buen día para elegir entre la eternidad húmeda de las sirenas o el amor imposible de los marineros. ¿Se habrá hecho grande tu sirenita? ¿Habrá aprendido por fin a tomar las decisiones correctas? Llueve y un soldadito de plomo abandonado trepa por la planta de habichuelas mágicas para enseñarle el paisaje a una bailarina tímida. Se ven patos y cisnes, se ve un emperador ridículo que se pasea desnudo por la calle, se ven princesas delicadas que no pueden dormir por culpa de un guisante, se te ve a ti, Hans, paseando por las calles de Roma, viajero y soñador, huyendo de la pobreza, volando como un cisne salvaje.

Es primavera y llueve y la Reina de las Nieves descansa en su palacio de hielo y soledad. Gracias por este cuento, Hans, que te redime de todo. Luchamos contra el frío, como siempre. Bailamos sin parar, con nuestros zapatos rojos, Hans, porque ya hemos descubierto la manera de hacerlos parar. Volamos cómo siempre, Hans, de la mano de aquella niña muerta de pobre que vendía cerillas en la calle y que en mis sueños se transforma en princesa valiente y nos salva a todos del frío.

Ya lo sé, que los cuentos de hadas de verdad no son felices pero hoy es el día después de tu cumpleaños y sé exactamente donde podríamos ir a celebrarlo, si quieres, mientras te recuerdo paseando por Londres junto al señor Dickens, viajero, escritor, aspirante a bailarín, soñador.

Cómo no iba a acordarme de ti, Hans Christian, si es primavera y llueve?

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